Fue un lunes gris y triste como hoy. Sí, son curiosas las metáforas del tiempo, y las formas y contornos que delimitan en torno a un cuerpo derretido y yermo, como dejando debajo de la almohada un deseo tras otro para colgárselos luego al cuello, y de ahí a la viga más alta.
Como bien dice K., el problema es determinar el peso exacto de la caída, el impacto primordial de los intelectos cruzados en las juntas de los adoquines. En el fondo, dice (M. de mesa, Monsieur) que sí, que vale más el acero que la cuerda.
Y es más mucho potente dudar que creer, según el diccionario y el apostatado. Miraré bien a cada lado de la calle. Seguidme, cobardes
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