9.2.07

Entre los pinos pálidos (Los peros)

...fumando hilos de plátano (oh, oh, pantano) llegó la siesta -a un cuarto de espalda, me de... ¡STOP!, escucho un no-rojo (pero peli-rrojo) que se eleva entre los copos:

- ¿Qué es esto? ¿Se puede?
- Sí, es boceto, pero es...
- Pero sí o pero no, pero algo
- Pues eso, pero sí (y no también, pero calla)
- ¡Pero bueno!
- ¿Pero qué? (broma fácil, perroquet)
- Pero nada
- ¿Pero seguro?
- Pero, ¿qué quieres?
- Pues... es que el hombre
tiene hambre por el hambre que vendrá
que no ceja en su cernirse agarrotando,
paralizante, como un nombre impuesto.

Siembra serpientes, siembra, que te muerdan luego los tobillos, que te ofrzcan fruta, que tú te pararás, incrédulo, y que no son más que serpentinas, eso es, serpentinas (siempre encontrando palabras yuxtapuestas, que me alivien, que te alienten, que nos cierren la retirada...) ¿Tú? No, yo no, él. Esto..., nosotros también comulgaremos, antes de que vuelvan las nieves.

- Y nuestros cuellos serán fuente de hedor.
- El mismo que desprenden los cuchillos de matanza.

- Pero....

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